“No, no he pensado en dimitir. ¿Y usted?”. Así de pancha se quedó la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, a la pregunta directa de un representante del PP acerca de si pensaba poner su cargo en disposición del Presidente del Gobierno tras el varapalo sufrido el pasado martes por la llamada Ley Sinde en el Congreso.
Lejos de asumir responsabilidades por el fracaso de la norma que la opinión pública bautizó con su nombre, la titular de Cultura del Ejecutivo socialista asegura que seguirá trabajando en desarrollar un “nuevo modelo que satisfaga a todos”. Dicho de otro modo: González-Sinde trabaja en una nueva ley antidescargas.
Sinde sigue demonizando el marco que se ha creado con los nuevos hábitos de consumo en Internet, y opina que con este modelo “poco a poco perderemos patrimonio cultural, se dejarán de hacer inversiones y sólo tendremos una cultura amateur“.
Esta visión apocalíptica es secundada por la clase cultural española, que según recoge hoy el diario El País, define de “cobarde” a los políticos por amilanarse ante las presiones de los usuarios y votar en contra de la Disposición Adicional de la Ley de Economía Sostenible, que contemplaba la creación de un organismo mediado por el Ministerio de Cultura que llevase de la mano a los responsables de las webs de descargas ante los jueces.
Recordemos que el pasado martes 21 de diciembre se rechazaban las enmiendas a la disposión que daban al traste con la aprobación de la Ley Sinde, con un apoyo de 20 votos frente a 18 a favor de su puesta en marcha (y una abstención de los presentes). La votación tenía lugar alrededor de las 22.20 horas, después de que fuese postpuesta en repetidas ocasiones a partir del momento previsto, una hora después del mediodía de esa misma jornada.
Foto de: Casa de América
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